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ALREDEDOR DEL POLINIZA


Juan Canales. Comisario del Festival

“Sky´s the Limit was a message for the whole neighborhood. It stayed clean for a long time, but as it started to wear, first one tag and then a lot of others appeared. It hurts when someone goes over my piece, even tho’it was appreciated for over two years. That’s why I painted over them ‘Why can’t some people respect art?’”
Sky’s the Limit, grafiti mural de Bil Blast, 1982 (1)

 

De repente, en mi postración, descubro varias notas dispersas que pueden servir de breve introducción para esta edición VII del Festival Poliniza Arte Urbano 2012, organizado con éxito por el equipo del Vicerrectorado de Alumnado y Cultura de la Universitat Politècnica de València. Transcribo.

“Miró tenía 76 años cuando pintó cuarenta y cuatro metros lineales, aproximadamente unos setenta metros cuadrados, en las cristaleras del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña; un edificio gris diseñado en 1962 por Xavier Busquets. El peculiar mural llenó de color los escaparates de la planta baja.  Lo sustancial de la intervención se condensó en una película de Pere Portabella. Miró limpió los cristales cuando pasó el tiempo estipulado. Volvió a dejarlos transparentes. Destruyó su propia obra.

Todo empezó el 26 de abril de 1969. La Junta del COAC, con motivo de la exposición Miró L'Altre, propuso a Portabella rodar el proceso de creación. La pintura debía tener una función de reclamo y la elaboró in situ Miró junto a sus asistentes. El cineasta trascendió el mero encargo y no aceptó rodar un documental testimonial(2). Condicionó el proyecto, al acabar la exposición Miró debía borrarlo todo, ayudado por los servicios de limpieza. Y así se hizo. La complicidad entre ambos fue absoluta. Miró supo ser humilde y efímero.”

Pintar en las paredes de la ciudad es hacer pintura mural. O no. La referencia al soporte es condición necesaria para hablar de mural, pero no para definirlo. Obviamente no todas las pinturas aplicadas sobre el muro son directamente murales y menos aún Arte. Pintar en la calle es bueno. Intervenir en el espacio público con sensibilidad y espíritu crítico es necesario. Incluso la poesía lo es. Como dice mi amigo chileno Pancho “Intervenir es tomar parte en un asunto”.

El seguimiento de estas intervenciones efímeras en el espacio público es adictivo. Refuerza algunas ideas que fueron incipientes en 2006, primera edición del festival Poliniza: los murales en la calle aportan belleza a la ciudad. A su vez, es un contrapunto a la política del miedo de algunos dirigentes. Personalmente aprecio la carga trascendente de esta acción, pacifista y benéfica, que actúa desde la empatía y el enfoque crítico. Algo se detecta en la calle, desde hace algunas décadas, que acerca arte y vida.

La búsqueda de los límites, en ocasiones, termina en difusas líneas de sombra. Por eso  apasiona el amplio y fecundo campo relacional que surge entre la pintura, el soporte arquitectónico  y el entorno urbano. Si el mural es el arte de lo posible, el contexto y la función lo condicionan irremisiblemente; no debería descartarse al ciudadano, que lo sufre o disfruta, cuando lo encuentra en su camino. Parecidos interrogantes plantea el llamado arte público. Igualmente el grafiti mural.

Creo que, en su contexto, este festival produce cierta transgresión. Precisamente con la ocupación de nuevos espacios de la Universitat y la participación internacional o la diversidad de procedencias de los participantes (5 comunidades autónomas diferentes). Es decir, Valencia y sus alrededores, están llenos de graffiti. Las posibilidades de ver pintar en directo a Stinkfish y Bastardilla, de Bogotá, o a la maestra Dinora Palma y el artista Hugo Huitzi, de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, son escasísimas para un estudiante de la UPV.  Además, el festival contradice la definición más ortodoxa de mural, la que practicamos en la Academia: no tiene en cuenta todas las exigencias tecnológicas y estéticas derivadas de su instalación permanente como parte integral de la estructura de un edificio. ¿Incoherencia? No, diferente contexto. Somos efímeros. La pintura mural es la disciplina integradora del Poliniza. Podría ser transgresora. Incluso de su propia identidad. Ni los poetas han cuestionado tanto su medio de expresión como los pintores. Ellos saben de este dolor, tracen sobre muro o lienzo.

En las últimas ediciones del Poliniza se han cumplido diversos objetivos y superado algunos fracasos. Esto se ha visto reflejado en los resultados del Certamen de Intervenciones de Pintura Mural. Con la del 2012, y ya van seis convocatorias, de un concurso pionero. Los murales han renovado la concepción del espacio público de este micro pueblo. Las aportaciones nuevas vienen de nuestros alumnos y recién egresados, tanto de los Másteres como de la Licenciatura. Superan con creces las expectativas, a falta de terminar esta edición: el numeroso y bien avenido grupo de Pintura y Entorno, las Cachete Jack, Cere & Lolo, Crachaton, Alba, Raquel y María, Álvaro y Diana, todos vinculados a nuestros estudios de Bellas Artes y Arquitectura. Es notable la presencia femenina, pese a que en la convocatoria no eran mayoría, algo de lo que adolecía el festival en anteriores ocasiones. La calidad ha sido determinante y el número de instancias también. Denota cambios. El resto de los seleccionados son: Sam3, de Caravaca de la Cruz, Murcia, que pintará en el muro de la ETSGED, orientado a poniente y la autopista A7. Mr. Trazo, de Braza Tortas, Ciudad Real,  y La Mesa de Puerto de Santa María, Cádiz, han sido raros de ver por Valencia, su obra, espero que se conviertan en habituales a partir de hoy. Los disfrutaremos con gusto.

Al hilo de estos apuntes pienso que poner en valor los nuevos espacios públicos de la Facultad de Bellas Artes, Gestión de la Edificación, Ágora, Medio Rural, o de la ciudad de Valencia,  mediante la pintura mural podría ser otra de las acciones del Festival. Esta es una operación cultural, no solo una idea del proyecto arquitectónico o urbanístico. La implicación de los usuarios es necesaria. Para que se comprenda así, es fundamental generar situaciones en las cuales sea posible al personal, los estudiantes y los artistas. Esa situación debe favorecerla el mismo espacio. El encuentro en el espacio público genera movimiento y cambio, chispas que encienden el motor del conocimiento. Incluso la expansión por la ciudad de Valencia favorecería el futuro del Festival. Pero eso ya es otra etapa.

Termino estas primeras líneas con otro cuento, este sobre un conocido artista austríaco de oscuro pasado: "Friedrich Stowasser, que murió en el año 2000 a los 72 años. Navegaba ese día por aguas del Pacífico, abordo del Queen Elizabeth 2. También conocido como Friedensreich Hundertwasser, inventó su nombre artístico, ¿o alguien se lo dio?, y supo llenarlo de significado. En sus escritos defendía nuestro derecho a la individualidad, a la distinción estética, fuera de la producción industrial estandarizada. Una parte interesante de su trabajo se desarrolló en el espacio público. Cubrió la arquitectura funcional de materiales plásticos y naturaleza: desde morteros teñidos, botellas recicladas y trozos de cerámica hasta hierba, arbustos y árboles vivos. El 27 de febrero de 1972 hizo público su manifiesto Your window right. Your tree duty (3). Con discurso ecologista y colores lisérgicos, sostenía nuestro derecho a la ventana. Este debe considerarse, especialmente necesario, en los bloques de pisos y apartamentos. Entendía que el movimiento de la arquitectura internacional derivada del racionalismo, dirigida a la rentabilidad y lucro de unos pocos, levantaba edificios enfermos y llenos de ángulos rectos. Para contrarrestar el mal, proponía diferenciar las ventanas y la fachada colindante: la persona que viviese en uno de estos pisos o apartamentos, debe asomarse a su ventana y pintar con una brocha de mango largo todo lo que pudiera, hasta donde alcance su brazo. Así sería visible de lejos, para todos. Denotaría que alguien diferente vive allí, no como el hombre esclavizado y encarcelado en una arquitectura gris".

¡Disfruten de los muros con salud, y buena suerte!


1. CHALFANT, HENRY/  PRIGOFF, JAMES. Spray Can Art,  Londres, Thames & Hudson Ltd. 1987, p. 20.

2. QUINTANA, ÁNGEL. Cahiers du Cinema España, nº 36,  julio- agosto, 2010, p. 42.

3. RAND, HARRY. Hundertwasser, Köln, Benedikt Taschen, 1994.
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